Bruselas estudia ya las fórmulas políticas y jurídicas necesarias para acordar un posible retraso del Brexit, aunque fuentes comunitarias insisten en que la puesta en marcha de todas ellas depende de Londres.
La opción que gana apoyos en Bruselas es la de prorrogar el período de negociación para la salida del Reino Unido de la UE, que expira el 29 de marzo.
“Todo huele a que vamos hacia un retraso”, pronostica una fuente comunitaria.
Fuentes comunitarias dudan que la ruptura con la UE pueda consumarse sin que el pueblo británico pase de nuevo por las urnas.
De ser así, la previsible prórroga del artículo 50 podría aprovecharse para celebrar unas nuevas elecciones generales o, lo que parece mucho más improbable, un segundo referéndum. Los partidarios en Bruselas de una prórroga limitada apuntan que solo podría concederse hasta la primera semana de julio.