La inteligencia artificial alumbra un floreciente negocio cuyos ingresos crecen a un ritmo anual del 55%.
El dinero llama al dinero y la financiación de proyectos en este campo se ha multiplicado por 8,5 veces desde 2012.
Las máquinas que piensan como humanos contribuirán a mejorar la productividad impulsado con ello el crecimiento económico.
La cara B tiene su reflejo en la destrucción de cientos de miles de empleos.
En un modelo económico transformado en un juego de suma cero, habrá países y empresas que ganen a costa del resto.
De momento, una avanzadilla, liderada por EE UU y sus corporaciones, lleva ventaja en esta transformación.