La lucha de los autónomos por sobrevivir cada mes es digna de elogiar. Y es que los gastos mensuales suman, a veces, cantidades ingentes de dinero para los que, en ocasiones, no hay con qué hacer frente. Pero ¿de qué fuentes de financiación puede beneficiarse el autónomo?
Microcréditos.
Por desgracia, son muchos los autónomos que necesitan conseguir liquidez al final de mes para poder seguir trabajando y lo hacen recurriendo a este tipo de créditos rápidos.
Como principal ventaja es que sus requisitos no son muy exigentes por lo que, la mayoría de los autónomos, suelen acceder a ellos sin problemas. Como contrapartida, el interés suele ser muy elevado y, a veces, inasumible por el trabajador autónomo.
Ahorros y préstamos familiares.
Más de un autónomo se plantea, ante la imposibilidad de obtener financiación por otros medios, sacar dinero de sus ahorros para poder pagar los gastos. Otros, cuando la situación es límite, piden a sus familiares más cercanos ayuda económica con el fin de sobrevivir un mes más.
Líneas de crédito del Estado.
El Estado puso en marcha un plan estratégico de ayudas a los autónomos que aunque tenían un tipo de interés bajo, sólo podían acceder a ellas los que cumpliesen con algunos requisitos. Esta ayuda económica se destinaba a la compra de equipamiento de trabajo o un vehículo o también a la financiación de un proyecto.