Facturación en papel: un lastre para la productividad de autónomos y microempresas.
A pesar de los avances en la digitalización, el 70% de los autónomos todavía no utiliza un programa de facturación electrónica, y un preocupante 45% de las microempresas sigue recurriendo al papel para emitir sus facturas. Estos datos, aportados por un informe de TeamSystem, reflejan una realidad que está afectando gravemente a la productividad y competitividad de los pequeños negocios y trabajadores autónomos en España.
El informe destaca que emitir facturas de forma manual, utilizando papel, bolígrafo o incluso hojas de cálculo en Excel, no solo es un proceso ineficiente, sino que acarrea numerosos errores que se traducen en pérdidas económicas significativas. Se estima que estas prácticas suponen una merma de más de 3.600 millones de euros al año para el colectivo de autónomos, una cifra alarmante que debería hacer reflexionar sobre la importancia de modernizar el proceso de facturación.
¿Qué está ocurriendo?
Además de las pérdidas económicas, la falta de digitalización de los autónomos es uno de los factores que contribuye a la baja productividad de este sector en comparación con el resto de la Unión Europea. De hecho, la falta de herramientas digitales pone a los negocios españoles en desventaja, ya que dificulta su capacidad para optimizar procesos y competir en igualdad de condiciones en un mercado cada vez más digital.
Otro aspecto preocupante que resalta el informe es el desconocimiento generalizado de la nueva legislación en materia de facturación. Según el estudio, el 90% de los negocios desconoce las modificaciones que afectarán su actividad diaria, lo que podría suponer un reto añadido en el corto plazo. La digitalización de la facturación, además de facilitar los trámites, permitirá a autónomos y microempresas cumplir con la normativa de forma más ágil y efectiva.
En un contexto donde la optimización del tiempo y la reducción de errores son claves para el éxito empresarial, adoptar un sistema de facturación electrónica ya no es solo una opción, sino una necesidad para aquellos autónomos que deseen mantenerse competitivos y evitar las pérdidas derivadas de procesos obsoletos.