Los gigantes tecnológicos han elevado notablemente su pago de impuestos en España, respondiendo así a la presión que viene ejerciendo Hacienda en los últimos años hacia estas multinacionales que desvían la mayor parte de sus ingresos a otras sociedades en Irlanda o Luxemburgo, donde el trato fiscal es mucho más favorable.
Firmas como Google o Apple han triplicado el pago por el impuesto de sociedades y otras como Amazon o Twitter lo han incrementado notablemente.
Pero siguen declarando una parte mínima de los ingresos reales que obtienen en España.