Durante la época de crisis, los españoles decidieron ahorrar por precaución y para poder pagar las letras de la hipoteca. De hecho, la deuda de los hogares cayó un 20% del PIB ya que muchos optaron por posponer compras tan importantes como las de automóviles o electrodomésticos.
Ahora, esta situación ha cambiado y el consumo se ha incrementado, incluso, por encima de lo que suben las rentas gracias a las mejores perspectivas de futuro, la financiación y el efecto riqueza que brinda la Bolsa y la mejora inmobiliaria.
Por otro lado, el ahorro cobra especial interés en la población mayor ya que las pensiones perderán poco a poco poder adquisitivo. Frente a este sector, se encuentran los jóvenes y las familias monoparentales que no tienen capacidad para hacerlo debido principalmente al salario y al desempleo.