La planificación de sucesión es un aspecto crítico que a menudo es pasado por alto por pymes y autónomos. Según el Informe de Pymes y Autónomos de Hiscox para el año 2023, solo el 11% de todas las pymes y autónomos en España tienen establecido un plan de sucesión. Esta cifra es alarmante, especialmente cuando se considera que las pequeñas y medianas empresas son el motor de la economía española.
Solo un pequeño porcentaje de pymes y autónomos están preparados para el salto generacional
La situación varía cuando nos enfocamos exclusivamente en las pymes, donde el porcentaje de empresas con un plan de sucesión asciende al 37,5%. Aunque este dato es más alentador, sigue siendo insuficiente para asegurar una transición empresarial suave y eficaz en caso de imprevistos o cambios en la dirección de la empresa.
Por otro lado, las microempresas, que representan el 94% del tejido empresarial español según datos del INE, muestran un porcentaje aún más bajo, con solo el 12,4% de ellas teniendo un plan de sucesión establecido. Este dato es particularmente llamativo, considerando la importancia de estas entidades en la economía nacional.
Al analizar los datos por sectores, encontramos que el 19,3% de las pymes del sector industrial cuentan con un plan de sucesión. Este porcentaje se reduce drásticamente en el sector comercial, donde solo el 9,9% de las pymes han tomado medidas para asegurar una transición ordenada.
Este escenario plantea un desafío significativo para el ecosistema empresarial español. La falta de un plan de sucesión no solo pone en riesgo la continuidad de la empresa ante eventualidades como el retiro, enfermedad, o fallecimiento de sus líderes, sino que también afecta la confianza de inversores, empleados y clientes.
Es crucial que los empresarios y autónomos tomen conciencia de la importancia de planificar con anticipación. Un plan de sucesión bien elaborado no solo asegura la estabilidad y el crecimiento continuo de la empresa, sino que también protege el legado de los fundadores y la seguridad de todos los involucrados.
Resulta imperativo que las pymes y los autónomos en España prioricen la creación de un plan de sucesión. Hacerlo no solo fortalecerá su posición en el mercado, sino que también contribuirá a la salud y la resiliencia de la economía española en su conjunto.