El gran reto está en el paso de mercancías que dejarán de estar sujetas a impuestos para ser objeto de aranceles.
La Agencia Tributaria se prepara para afrontar la revolución fiscal que supondría para las fronteras españolas la consumación del Brexit que, aunque probablemente acabe retrasándose, está previsto que se produzca el día 29 de este mismo mes.
“El riesgo fiscal y aduanero de un turista no es muy elevado. Vienen al país y se van con su equipaje. Pero tiene una complicación logística”, adujo, explicando que cuando los británicos sean ciudadanos no comunitarios supondrán 1,5 veces más que todo el resto de viajeros ajenos a la UE. El gran reto, no obstante, está en el paso de mercancías, que dejarán de estar sujetas a impuestos para ser objeto de aranceles. “Nos preocupa el impacto en sectores pujantes que exportan a Reino Unido, como es el sector agroalimentario”, dijo, revelando que la Agencia Tributaria está realizando un “esfuerzo divulgativo” con empresas del ramo para permitir que “si ocurre el Brexit en vertiente dura estemos lo mejor preparados posible para hacerle frente”.