El 88% de los directivos globales percibe que sus clientes y empleados cambian más rápido de lo que ellos pueden transformar sus negocios, causando así una crisis de relevancia.
El estudio confirma que existe una brecha entre las expectativas de las personas sobre lo que las empresas deberían ofrecer y lo que estas creen que quieren sus clientes: el 67% de los consumidores espera que las empresas comprendan y atiendan sus necesidades cambiantes.
Los esfuerzos por simplificar en exceso la segmentación y el error de subestimar el impacto de los agentes externos sobre el comportamiento han provocado una creciente desconexión entre las expectativas y la realidad.
La transformación actual va más allá de estas fronteras, por lo que los negocios deben evolucionar para mantenerse relevantes y continuar siendo útiles para los clientes.