La banca española se encuentra en plena fase de reestructuración de su negocio y continúa avanzando en el recorte de oficinas y empleados.
De esta forma, entre el primer trimestre de 2018 y marzo de 2019, las doce principales entidades españolas, según se refleja en sus informes financieros, ya han cerrado en conjunto 919 sucursales de su red.
Además, las plantillas han sufrido una merma de 2.236 empleados, una cifra que seguirá aumentando en los próximos meses como consecuencia de los expedientes de regulación de empleo (ERE) en los que se encuentran inmersas algunas entidades.