La sostenibilidad y el riesgo climático en el punto de mira.
El sector inmobiliario está a punto de experimentar un cambio significativo con la modificación de la Orden que regula las normas para la tasación de inmuebles. Esta nueva regulación, que actualmente se encuentra en fase de audiencia e información pública, incorpora criterios más amplios y detallados para valorar un inmueble, adaptándose a las nuevas exigencias de sostenibilidad y riesgo climático.
Cambios claves en la orden de tasación inmobiliaria: ¿Qué debes saber?
Uno de los principales aspectos que destacará en esta normativa es la obligatoriedad de tener en cuenta factores ambientales y climáticos al tasar un activo inmobiliario. Esto implica, por ejemplo, que si un inmueble se encuentra en una zona propensa a inundaciones o a cualquier otro tipo de catástrofe natural, su valoración deberá ajustarse en consecuencia. De esta manera, la sostenibilidad del inmueble y su exposición a riesgos climáticos se convertirán en elementos clave que afectarán directamente a su tasación.
Impacto en la tasación de inmuebles
Además de los factores climáticos, esta nueva normativa establece también la posibilidad de que los Ayuntamientos emitan títulos habilitantes o autorizaciones para la ejecución de obras en inmuebles en construcción o rehabilitación. Este cambio permitirá que las obras comiencen mientras se cumplen las normativas, lo que agiliza el proceso y facilita el desarrollo de nuevos proyectos inmobiliarios.
Otro aspecto relevante que introduce esta nueva regulación es la mejora en los métodos de tasación automática. Esto es especialmente importante para la valoración de carteras de inmuebles, ya que los criterios de tasación automática se revisarán para garantizar que la valoración de grandes volúmenes de activos sea más precisa y ajustada a la realidad del mercado.
Hacia una tasación más sostenible y precisa
Con la inclusión de estos cambios, la normativa de tasación inmobiliaria se adapta a las demandas actuales, en las que la sostenibilidad y la gestión del riesgo climático son aspectos cruciales. Este paso no solo busca proteger a los propietarios y compradores, sino también fomentar un mercado inmobiliario más transparente, responsable y preparado para los desafíos medioambientales futuros.
La implicación para los profesionales del sector es clara: deberán actualizar sus procedimientos y asegurarse de cumplir con los nuevos requisitos al valorar inmuebles. De lo contrario, corren el riesgo de incurrir en evaluaciones incorrectas que podrían afectar a la seguridad jurídica de las transacciones y al correcto desarrollo de los proyectos.