El control de actividad a los empleados aprovechando los dispositivos disponibles en el mercado plantean debates sobre su legalidad.
La incorporación de soluciones de inteligencia artificial en los entornos de trabajo plantea un debate sobre el control de la actividad a la que están sometidos los empleados durante la jornada laboral.
En el ámbito laboral, la implantación de un sistema de vigilancia inteligente como el de Alexa debe superar un triple juicio de proporcionalidad, es decir, que la medida sea idónea, necesaria y que esté justificada.
«Aunque se hubiera cumplido la obligación de informar a los empleados de la existencia de estos dispositivos y de su finalidad de control laboral, podría no cumplirse el requisito de proporcionalidad», explican expertos.
«Existen otras medidas menos invasivas, como sistemas fijos de video-vigilancia que enfocan a zonas de trabajo, pero no apuntan a las personas».