En febrero de 2018, entra en vigor en toda Europa la nueva directiva comunitaria de servicios de pago, conocida popularmente como PSD2.
El objetivo de esta regulación, cuya tramitación comenzó en 2013, es crear un mercado único de pagos en toda la UE e incrementar la competencia entre los bancos del continente.
Una vez en marcha se espera que la competencia entre los bancos se incremente de una forma notable.
Una de las prioridades de la PSD2 será dar a los consumidores la oportunidad de utilizar a terceros para iniciar pagos o recibir servicios añadidos a través del acceso a sus cuentas sin que los bancos puedan negarse a concederlos.
Es decir, que cualquier banco, en el momento que consiga un consentimiento expreso por parte de su cliente, podrá acceder a los datos sobre fondos, cuentas, etc., de éste en las entidades de la competencia.