Se incrementa de cinco a 10 años el tiempo en el que los fabricantes deben tener piezas de repuesto. Además, se incluye por primera vez la garantía de dos años para contenidos y servicios digitales que no cuestan dinero
Los consumidores españoles estarán protegidos durante más tiempo contra los efectos de las averías y la obsolescencia programada. El Gobierno amplió los plazos de las garantías legales de los bienes de dos a tres años e incrementó de cinco a 10 años el tiempo mínimo en el que los fabricantes están obligados a disponer de piezas de repuesto, una vez que el producto deja de fabricarse, para garantizar su reparación.
La medida aprobada en el Consejo de Ministros ha trasladado a la normativa española varias directrices europeas para fomentar la economía circular y la sostenibilidad apostando por una mayor durabilidad de los productos y luchando contra la obsolescencia programada. De esta manera, los productos tendrán tres años de garantía y se aplicará por primera vez el derecho de garantía sobre la contratación de contenidos y servicios digitales que no cuestan dinero, sino que se obtienen a cambio de datos personales, los cuales deberán ofrecer dos años de garantía.