El acceso a productos falsos entre los jóvenes duplica al de los adultos.
El 60% afirma que dejaría de comprarlas si hubiera productos asequibles. La última encuesta de la Oficina de Propiedad Intelectual de la Unión Europea revela un leve incremento en el número de europeos que tolera el consumo de falsificaciones o accede a contenido pirateado.